viernes, 2 de abril de 2010

A veces nos faltan las alas para volar y el coraje para atrevernos a construir un mundo mejor.

Estimado coterráneo Señor Morales:

Leí sus lamentos y estoy de acuerdo con Usted porque he sufrido en carne propia la desidia e incompetencia de las autoridades para resolver los problemas de nuestra región pero (ahí está el pero)

¡no somos capaces de librarnos de nuestras propias amarras!, una cosa es conocer los problemas y otra muy distinta es tener los cojones para resolverlos.

Mientras no cambiemos nuestra añeja concepción de la política, permaneceremos a la vera del camino. A veces nos faltan las alas para volar y el coraje para atrevernos a construir un mundo mejor.

Una vez lo dije en un discurso que realicé como director de la Escuela de la Mina de Potrerillos, (dado la tremenda oposición que encontraba para sacar a nuestra escuela adelante):

"Existe gente nuestra, que se le ha olvidado donde queda nuestra estrella solitaria, porque se ha quedado con la boca abierta, mirando la de las múltiples estrellas. No son otros los culpables, de los problemas que nos aquejan, somos nosotros porque carecemos del valor para luchar por nuestra patria y nos entregamos al mejor postor".

¿Quién le enseña al extranjero a burlar nuestras leyes y manipular los impuestos?
¡Un chileno!, Si no somos nosotros quienes asumimos un compromiso serio con la tierra que nos cobija, ¿Quien va a hacerlo por nosotros?.

En una atención que me hicieron los gringos, después de un partido de tenis en su club exclusivo, uno de ellos me dijo: Señor Kong, "usted es uno de los pocos chilenos que conocemos que no es rastrero, ya que hay muchos a los que recurrimos, porque defienden nuestros intereses mejor que nosotros mismos".
Que frustración oir eso, que impotencia me dió pensar que carecemos de dignidad cuando se trata de defender los intereses de nuestra Patria y los de la Matria Chica, porque anteponemos los intereses personales por sobre los colectivos y tenemos una mirada míope y cortoplacista, sin respeto por la TIERRA que nos abraza, Por eso nos desprecian.

Podría estar todo un día dándole a conocer tristes experiencias. ¡Pero no! prefiero que miremos hacia adelante, atrevámonos a equivocarnos y no tengamos miedo.

Yo, con mis escuálidos recursos, sigo luchando, porque mi deber aunque sea con sacrifio, es aceptar el desafío hasta el fin de mis días, y la fórmula es tan sencilla, porque las grandes soluciones son las más simples.

Nosotros, por orgullo, vanidad, codicia y ese enfermizo afán de poder, complicamos las cosas, generando los conflictos que hoy vive la región.

Para descubrir el secreto no se necesita ser sabio, científico, o filósofo: "Ama a Dios, y a la tierra con todo tu corazón, con todas tus fuerzas y al prójimo, ámalo como a ti mismo".

Sr.Julio Morales, desde niño que Usted conoce la fórmula, lo felicito por sus sentimientos e inspiradoras palabras, un gran abrazo.

Atte, Narciso Kong.